Nueva goleada del Real Madrid. Las blancas prorrogaron su idilio con el gol en un cómodo partido, aprovechándose de un Betis ausente durante buena parte del encuentro. Esther abrió el marcador en la primera mitad y los goles de Weir, Zornoza y Nahikari tras el descanso cerraron el sexto triunfo consecutivo de las madridistas en Liga.
El conjunto blanco afrontaba su último partido antes de la Supercopa de España, que se celebrará a partir del miércoles en Mérida y en la que se medirán en semifinales al Barcelona. Al Clásico llegan en racha, sumando 19 goles en los últimos cuatro encuentros, y aprovechando un nuevo tropiezo del Atlético de Madrid para ampliar la brecha en la pelea por los puestos Champions.
Para ello, el técnico volvía al 3-5-2 que ya ha utilizado en más ocasiones este curso. Lo hacía con una tripleta defensiva formada por Ivana, Kathellen y Rocío, que escoltaban a Misa, y con Athenea y Svava en los carriles. En el centro del campo aparecían Zornoza, Oroz y Weir, mientras que Esther y Feller formaban la dupla de ataque.
Comenzó el partido con las madridistas lanzadas en ataque, aunque la defensa adelantada del Betis conseguía frenar las intentonas. Querían las verdiblancas que se jugara poco y lo conseguían con pérdidas de tiempo y constantes protestas que no la colegiada del partido no frenó en ningún momento.
Aún así, consiguieron imponer las blancas su dominio y adelantarse en el marcador. Fue por medio de una Esther que estaba comenzando a desquiciarse. La granadina falló una clarísima ante la portera bética, en un mano a mano que mandó a las nubes, y sólo un minuto después esta aparecía de la nada para negarle el gol en un remate que portería vacía. No perdonó la delantera madridista el rechace y puso por fin el 0-1.
Continuó dominando el Madrid ante un Betis tan ausente en lo futbolístico que no había dado trabajo a Misa. Por ello, el descanso introdujo dos cambios para tratar de darle la vuelta a la situación, pero el efecto duró sólo cuatro minutos, que fue lo que tardó Athenea en realizar una conducción perfecta que culminó con un balón al espacio para la ruptura de Weir, que puso el segundo.
El segundo sirvió para anestesiar definitivamente a las sevillanas, a las que aún les caerían dos goles más. Esther recibía de espaldas y le metía un balón en profundidad a Zornoza, que se plantaba sola en carrera y ponía el tercero. De nuevo aparecería Athenea para asistir, esta vez con un centro raso a Nahikari, que se anticipó a las centrales para mandar el balón a guardar.
Ya en los últimos minutos, tras agotar cambios, llegaría el susto del partido para las madridistas: Weir abandonaba el terreno de juego, aparentemente mareada. La escocesa no pudo continuar y las de Toril acabaron el partido con una menos.